Los Mudras son gestos simbólicos realizados principalmente con las manos y los dedos, aunque algunos involucran todo el cuerpo. En sánscrito, la palabra “mudra” significa “sello” o “signo”. Estos gestos no solo forman parte del yoga, sino también de tradiciones espirituales como el budismo y el hinduismo. Se cree que canalizan la energía del cuerpo, influyen en el estado mental y físico, y facilitan estados profundos de concentración y meditación.
LA CIENCIA DETRÁS DE LOS MUDRAS
Aunque los mudras tienen raíces milenarias, cada vez son más valorados en contextos terapéuticos contemporáneos. Desde sesiones de yoga hasta prácticas de mindfulness o rehabilitación física, los mudras se utilizan como herramientas complementarias para mejorar el bienestar emocional, la concentración y la salud respiratoria.
La ciencia detrás de los mudras está relacionada con la teoría de los canales de energía (nadis) y los cinco elementos del cuerpo (tierra, agua, fuego, aire y éter). Al posicionar los dedos de ciertas formas, se estimulan terminaciones nerviosas y se activa una respuesta reflejo en el cerebro. Esto puede producir calma, energía, concentración o incluso alivio del dolor.
TIPOS DE MUDRAS
Existen muchos mudras, pero algunos de los más conocidos son:
Gyan Mudra (dedo índice y pulgar unidos): Mejora la concentración y memoria.
Prana Mudra (meñique y anular tocan el pulgar): Activa la energía vital.
Apana Mudra (dedo medio y anular al pulgar): Favorece la eliminación de toxinas.
Shuni Mudra (dedo medio y pulgar): Fomenta la paciencia y la disciplina.
Anjali Mudra (palmas juntas frente al pecho): Símbolo de saludo, gratitud y unión.
CÓMO SE EJECUTAN LOS MUDRAS
La ejecución de los mudras es sencilla, pero requiere atención:
Siéntate en una postura cómoda (Sukhasana o en silla).
Relaja tus hombros y cierra los ojos si lo deseas.
Coloca tus manos sobre las rodillas o en el regazo.
Forma el mudra deseado con una o ambas manos.
Mantén la postura por al menos 5 a 15 minutos, respirando de forma consciente.
CUÁNDO PRACTICAR LOS MUDRAS
Los mudras pueden realizarse en cualquier momento del día, pero son especialmente efectivos si se practican durante la meditación, respiraciones (pranayama), o incluso caminatas conscientes. Algunos pueden acompañar posturas físicas del yoga para potenciar sus efectos.
Para notar beneficios, se sugiere practicar mudras entre 5 y 45 minutos al día, ya sea de forma continua o en sesiones más breves de 10-15 minutos repartidas durante el día. Lo importante es la constancia, más que la duración total.
BENEFICIOS PARA LA SALUD
Numerosos estudios y prácticas tradicionales coinciden en que los mudras pueden:
Disminuir el estrés y la ansiedad.
Regular la presión arterial.
Mejorar la concentración y el enfoque mental.
Apoyar la digestión y la eliminación de toxinas.
Fortalecer el sistema inmunológico.
Hay artículos científicos en los que se señala que los mudras activan áreas cerebrales asociadas con la percepción sensorial y motora, lo que puede inducir un estado de atención plena o “flow”. El simple acto de tocar puntos específicos de los dedos puede estimular regiones del sistema nervioso parasimpático, promoviendo la relajación.
Lo que es recomendable es no forzar la postura de los dedos. Si sientes tensión o molestia, relaja las manos y ajusta el gesto.
Más allá de su aparente simplicidad, los mudras son un puente entre lo físico y lo sutil. Al practicar un mudra, se genera una conexión entre cuerpo, respiración y conciencia. Y en ese pequeño gesto, muchas veces, puede surgir un gran cambio interior.
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