Escucha bien esto: entrenar fuerza no es solo para quienes quieren levantar grandes pesos o tener músculos marcados. Es una herramienta poderosa para cuidar tu cuerpo, tu mente y tu futuro.
En un contexto donde la desinformación y las soluciones rápidas dominan el ámbito del fitness, contar con voces autorizadas y con base científica se vuelve imprescindible. Javier Cobo, entrenador especializado en pérdida de peso, graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y Máster en Entrenamiento Personal, se posiciona como una referencia sólida en este campo.
Mi nombre es Javier Cobo, entrenador especializado en pérdida de peso. 3 años de experiencia en el sector CAFYD y Máster en Entrenamiento Personal. Os dejo mis datos de contacto por si os interesa seguirme y contactar conmigo. Correo: [email protected] Instagram: javicobofit Facebook:Javi Cobo perdida de grasa
Con una visión realista, basada en la evidencia, Cobo ofrece en este artículo herramientas prácticas y explicaciones claras para abordar la pérdida de peso de forma efectiva y sostenible, haciendo del entrenamiento de fuerza una valiosa herramienta para ayudarte en este camino. Su enfoque combina el conocimiento académico con la experienia en el terreno, lo que le permite traducir conceptos complejos en recomendaciones accesibles para todo tipo de público.
Imagínate que puedas acelerar tu metabolismo, perder grasa, reducir dolores articulares como la dichosa espalda o las rodillas, que mejoraras tu estrés, que tuvieras menos riesgo de sufrir alguna enfermedad, que tuvieras mejor estado anímico… todo eso invirtiendo aunque sea 2-3 horas a la semana. ¿Increíble no? Como entrenador, mi objetivo es ayudarte a entender que mover el cuerpo con intención y constancia puede transformar tu vida, y el entrenamiento de fuerza es una de las formas más efectivas de lograrlo.
Cuando le das un motivo (entrenamiento de fuerza) al cuerpo para mejorar físicamente, este se ve en la necesidad de aumentar tu fuerza y mejorar tus músculos gracias a la proteina (entre otras cosas) que deberías estar aumentando desde ya en tu dieta.
Estudios recientes han demostrado que incluir ejercicios de fuerza en tu rutina puede reducir en un 21% el riesgo de morir por cualquier causa. ¿qué te parece? Es como una medicina natural, sin efectos secundarios, que mejora tu salud cardiovascular, ayuda a equilibrar tus niveles de azúcar y hasta aporta beneficios para la salud mental.
No es que sea recomendable entrenar fuerza si tienes más de 40 años, es que es OBLIGATORIO si no quieres verte como la gran mayoría de personas una vez pasada esta edad:
Como ves, la pérdida de fuerza y funcionalidad puede llevar a la frustración, la disminución de la autoestima, el aislamiento social e incluso la depresión. La capacidad de participar en actividades placenteras y mantener una vida social activa se ve comprometida si no le pones solución ahora.
A nadie le gusta dar el paso normalmente por “pereza” pero a día de hoy, de toda la gente que yo he ayudado mediante el entrenamiento, aun no conozco a nadie que en años me haya dicho “me arrepiento de haber entrenado, no he visto ningún beneficio”
Tener el “metabolismo lento” o “rápido” (el metabolismo no tiene velocidad, pero así nos entendemos mejor) principalmente se ve influenciado por la cantidad de masa muscular, ya que para el cuerpo mantenerla es muy caro. Digamos que la masa muscular es como un coche, no es lo mismo mantener un Fiat 500, que un Mustang, este último al tener un motor muchísimo más potente, y ser un coche de alta gama, su mantenimiento es mucho más costoso. Con el cuerpo pasa igual, si tus músculos son los de un fiat 500, vas a consumir como un fiat 500 (en cuanto calorías respecta), sin embargo, si tienes los músculos de un Mustang, tu cuerpo va a gastar mucha más gasolina (calorías).
Por ende, seas hombre, mujer, tengas 30, 50 o 70 años, a más masa muscular, más calorías vas a quemar en reposo, gracias a tus músculos.
No necesitas entrenar todos los días ni pasar horas en el gimnasio. Con dos o tres sesiones por semana de 20 a 30 minutos, enfocadas en los principales grupos musculares, ya puedes empezar a ver resultados. Lo importante es la consistencia y una progresión inteligente. Con el tiempo se puede ir aumentando progresivamente el volumen de ejercicio, pero la clave al principio es, una cantidad de entrenamiento que te permita mantenerlo en el tiempo.
Si tienes hijos, sobrinos o adolescentes cerca, anímalos a empezar también. El entrenamiento de fuerza bien guiado es seguro para ellos y puede darles herramientas para una vida más activa, segura y con mejor autoestima. No, no afecta su crecimiento; sí, los hace más fuertes y seguros. De hecho, desde pequeños cuando juegan en el parque, ya están entrenando fuerza (con su peso corporal).
Y sí, para los más mayores (70, 80, 90 años) también es beneficioso siempre y cuando esté supervisado por un entrenador personal cualificado como se ha dejado claro en el punto 2.
Si basas tu dieta en alimentos que provocan altos picos de insulina (azúcares y procesados) y encima no te mueves, el páncreas (el encargado de generar insulina) tarde o temprano, viendo que ese azúcar, y por ende, la insulina que tanto le cuesta generar nunca se usa, se pondrá en huelga y no trabajará más.
Ahí te he resumido la resistencia a la insulina (previa a la diabetes tipo 2) de una forma muy simple. Lo bueno de esto, es que la solución es igual de simple que el problema: si el páncreas se pone en huelga porque su insulina no se utiliza, simplemente, dale un motivo al cuerpo para que la utilice. Adivina, ¿qué actividad crees que puede necesitar de ese azúcar que va vagando por la sangre sin propósito alguno? Pues efectivamente, el entrenamiento de fuerza, ya que su principal combustible es el glucógeno (azúcar para entendernos).
No se trata de levantar más peso por levantarlo. Se trata de hacerlo bien. De escuchar a tu cuerpo. De avanzar paso a paso. El principio de sobrecarga progresiva nos enseña que para seguir mejorando, tenemos que ir aumentando el estímulo poco a poco. Pero siempre con buena técnica, calentando bien y respetando los tiempos de recuperación.
Entrenar fuerza no es solo un hábito físico. Es una decisión que impacta tu salud, tu energía, tu longevidad y tu bienestar emocional. Haz espacio en tu semana para este tipo de ejercicio. Hazlo con conciencia, con guía, con propósito. Te prometo que tu “yo” del futuro te lo va a agradecer.
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